Los Chakras o Centros de Energía, están en muchas ocasiones bloqueados o debilitados por diferentes causas de carácter físico, emocional y/o espiritual.

 

A lo largo de la vida experimentamos acontecimientos dolorosos que no hemos podido “metabolizar” o integrar. Nuestra memoria puede olvidar dichos acontecimientos, pero en el cuerpo quedan registradas, a nivel energético, cada una de las heridas emocionales que tuvieron lugar a lo largo de nuestra historia personal.

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El sentimiento de no haber sido acogido en la vida, un accidente o enfermedad, el abandono o el dolor emocional intenso, un estado arraigado de inseguridad o miedo, el juicio negativo y el desprecio a edad temprana, una mala alimentación, el estado de estrés continuado, el desarrollo de una actividad profesional no satisfactoria, etc., da lugar a una quiebra en el caudal energético disponible en nuestro sistema.

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La manifestación de estos bloqueos a veces pasa desapercibida por la persona, no siendo consciente de la “fuga” energética que está teniendo lugar. Habitualmente, después de muchos años, sólo una enfermedad física nos alerta de que algo no va bien. Antes de que eso ocurra, el sujeto puede sentir cansancio, pocas ganas de vivir, incapacidad para el disfrute, falta de voluntad y decisión, rigidez emocional, problemas de carácter sexual, relaciones dependientes o destructivas, frustración, ofuscación mental, “ceguera” espiritual… realidades que muestran un déficit en alguno de estos centros energéticos, reguladores de nuestro caudal vital.

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Los diferentes métodos utilizados en cada seminario inciden directamente en el movimiento y flujo de la energía de cada Centro u órgano principal del cuerpo Energético.